Sin una motivación intrínseca potente es difícil obtener resultados. Es lo que Simon Sinek llama «start with why» (empieza con el «por qué).
La motivación es lo que nos va a movilizar para dar todos los pasos necesarios para alcanzar lo que nos proponemos y no abandonar ante las dificultades.
Entonces lo que necesitamos es encontrar el motivo por el que queremos conseguir algo. Por ejemplo, si haces deporte para adelgazar puede que no obtengas todos los resultados que deseas porque en el camino se van a interponer obstáculos (comida basura, pereza, falta de tiempo, etc). En cambio, si el deporte forma parte de quien eres, parte de tu personalidad, lo vas a hacer pase lo que pase y vas a evitar los malos hábitos. Así que adelgazar será una consecuencia lógica porque vas a tener la energía (no pereza), las ganas de cuidarte (no comer comida basura) y vas a hacerlo a diario como sea.
¿Entonces por dónde empiezo?
El truco entonces es identificar la clave de tu motivación, ese estímulo que va a hacer que perseveres. Una manera de hacerlo es:
1 – Darte cuenta de lo que quieres realmente. Siguiendo con el ejemplo anterior, ¿tu objetivo es adelgazar o vivir de manera saludable?
2 – Aclarado esto, lo siguiente es identificar qué obstáculos vas a encontrar.
3 – A continuación se trata de buscar un remedio para cada uno de ellos.
4 – Un paso final muy importante es la celebración. Si no detectamos los éxitos que vamos teniendo, si no los disfrutamos, si no los valoramos, no vamos a anclarnos en nuestra memoria celular que lo hemos conseguido. Esa sensación de «nunca consigo lo que me propongo» es realmente una mentira. Seguro que has logrado más objetivos que los que reconoces. Lo que pasa es que no los has celebrado.
¿Te animas a contarme qué objetivo quieres conseguir?