Está demostrado que las decisiones grupales son mejores que las individuales, lo cual disminuye el fracaso de los equipos. Esto pasa tanto en lo personal como en lo laboral.
Pongamos un ejemplo del ámbito personal: imagina que vas a ir de vacaciones con tu familia. Tú puedes tener una idea preconcebida de lo que te gustaría hacer, dónde ir, qué excursiones hacer, etc. Sin embargo, si abrimos la conversación al resto de la familia, cada uno aportará sus propios planes. Cabe la posibilidad de que sean tan dispares que cueste llegar a un acuerdo.
Ahora bien, si hay cierto acuerdo de base, el resultado final de la planificación va a ser más interesante. Por un lado, toda la familia va a estar más motivada, ya que se tendrá en cuenta su aportación. Por otro lado, puede que alguien plantee opciones que no se te habían ocurrido y que mejoran tu plan. Puede que tus ideas ilusionen al resto por ser innovadoras y atrevidas. En resumen, unas vacaciones familiares planificadas por todos van a resultar más atractivas y ricas para todos.
Lo mismo pasa con los equipos. Aquí van algunos motivos del fracaso de los equipos:
1 – Los managers no saben crear un ambiente de confianza y seguridad para que cada miembro del equipo confíe y quiera aportar ideas.
2 – Los managers premian «ir a lo seguro» en vez de dar la oportunidad a sus equipos de innovar, premiando más bien la mediocridad, el pasotismo y la falta de diálogo. Todo esto a nivel inconsciente, claro.
3 – Los managers no tienen en cuenta el factor emocional de sus equipos, que pueden estar sintiéndose amenazados ante la rivalidad o competitividad generada en el equipo. Por tanto, la inteligencia emocional de los managers es crucial para detectar los miedos de sus equipos y saber afrontarlos adecuadamente.
4 – La individualización excesiva en vez de propiciar la colaboración. Es decir, potenciar el éxito individual de un miembro del equipo sobre los esfuerzos comunes.
Gracias al coaching se puede trabajar con esos managers en sus miedos y ver qué esconden, para sacar a la luz los obtáculos que les impiden gestionar eficientemente a sus equipos.